viernes, 29 de julio de 2011

CUANDO EL DIABLO ESTUVO CERCA DE MÍ


El título de este artículo no es metáfora, realmente soy de las pocas personas -creo yo- que han tenido una experiencia poco agradable con un ser tan oscuro, que muchos niegan pero que yo sí puedo afirmar con mi experiencia: "que el Diablo existe".

Antes quiero subrayar que soy una persona absolutamente creyente en las dos fuerzas, Dios y el Diablo, con todo lo que se dice de estas energías en libros sagrados.

Vayamos al grano en esta experiencia paranormal: esto sucedió cuando apenas tenía 18 años, y un día mi madre quiso leer la Biblia con mi hermana y conmigo. Aunque esto ya parecía toda una sesión de una familia hiper religiosa, la realidad es que no lo éramos, simplemente teníamos curiosidad de saber más de la palabra de Dios, en ese tiempo ni a misa íbamos.

El encargado de comenzar a leer la Biblia fue un servidor; cuando leía los mandamientos de Dios, llegando a la orden celestial de "no codiciarás a la mujer de tu prójimo", en ese momento vi como las letras estaban ¡bailando! , la "m" se iba hacia abajo, la "r" a un lado, mientras que la "p" saltaba, hasta que párrafos enteros se compactaban en un tamaño más pequeño y se deslizaban como serpientes, sin que pudiera continuar leyendo. Fue en ese momento que sentí la presencia de un ser que no podía ver, pero estaba detrás de mí.

Sin darme tiempo a reaccionar por las letras que bailaban, tomó mi cabeza con fuerza, levantándome la vista para que ya no pudiera seguir leyendo, grité inmediatamente con miedo: "¡mamá, me están agarrando!"; ella me ordenó que no dejara de leer, pero yo no podía hacerlo, porque no sólo era la fuerza física que sentía contra mí, también era el sentimiento de desprecio de ese ser, porque me tomaba con coraje, con todo el odio que pueden sentir muchas personas juntas.

Automáticamente me di cuenta que era un gigante el que aprisionaba mi cabeza, y provocaba que tuviera un temblor en todo mi cuerpo, y sin que este ser dijera su nombre, supe también inmediatamente que era el Diablo en vivo y en persona, visitando una casa donde una familia simplemente quería acercarse más a Dios.

Como pude continué leyendo, mientras me agarraba de la mesa con fuerza, prácticamente estaba gritando desesperado lo que veía en la Biblia, a veces sólo tomando las frases que podía cachar con mi vista, cuando afortunadamente volví a ver las letras en su lugar y dejé de sentir esa presencia.

Ya no pudimos seguir leyendo, principalmente porque me sentía muy cansado e impresionado por la experiencia, calculo que esto demoró como medio minuto, pero les puedo decir que este ser oscuro tiene un odio por la humanidad infinito, su rencor no tiene límites, y todavía no me explico por qué se presentó a mi casa.

Muchas familias o personas deciden seguir a Cristo y no por eso se les presentará Satán para impedirlo, pero al parecer esa era la intención de su estancia en el comedor del departamento donde viví con mi familia por más de 20 años.

Lo curioso es que nunca sentí que quisiera meterse en mi cuerpo, como cuentan las personas que sufren posesiones, simplemente llegó a amenazarme, asustándome con un buen agarrón en mi cabeza, casi podría calcular que lo hizo con una mano, y reitero, era un gigante, quizás tres metros o mínimo dos y medio de estatura.

Nunca más he vuelto a sentir su presencia, pero no se lo deseo a nadie, los que se dicen satanistas o desean verlo o pactar con este ser, al puro estilo novelesco, no saben lo que dicen, no aguantarían su presencia, porque realmente nos odia, y obviamente no pacta con nadie, es el padre de la mentira, es el padre de todas las perversiones de este mundo.

Luego de esta experiencia, mi familia vivió experiencias muy amargas y duras que superamos, y definitivamente todos nos acercamos más a Dios y a nuestra religión católica en mayor o menor grado.

No somos santos, ni hacemos el ridículo creyéndonos mejor que otros, pero luchamos diariamente por mantener nuestra fe, porque este mundo queridos lectores realmente es de Satán, pero eso sólo se ve cuando analizas a profundidad todo tu alrededor, y te aseguro que ese ángel caído existe.

Mi recomendación para finalizar este relato es que se acerquen a Dios, y si los asusta el Diablo, que puede ser no sólo con su presencia, sino con las cosas más comúnes de la vida, luchen por salir adelante, no queda de otra.

Otro dato: cuando yo veía las letras bailar, mi madre y mi hermana vieron como la mesa temblaba, pero prácticamente se quedaron mudas del miedo, hasta que grité yo horrorizado reaccionaron.










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