domingo, 8 de febrero de 2009

MI SÚPER HÉROE EL SANTO



Spiderman, Superman, Ironman, entre otros, son súper héroes de fantasía que han sido revitalizados por la pantalla grande en los últimos años, para beneplácito de chicos y grandes. Sin embargo cuando fui niño jamás sentí atracción por ellos, porque su argumento de resolverle la vida a toda la humanidad jamás me convenció,algo natural en un infante como yo que vivió momentos duros desde muy chico, donde tuve que ver como la realidad se imponía.

Sin embargo, el plano de la fantasía lo conservé con héroes que eran de carne y hueso, fue por eso que me emocionó más ver a un luchador saliendo del ring para tomar su convertible e ir a luchar contra mujeres lobo o enfrentar a las momias de Guanajuato. Ya saben de quien hablo, de El Santo, "El enmascarado de plata".

Recuerdo que no me perdía ninguna película de El Santo por el Canal 4 de Televisa-México, que siempre se ha caracterizado por transmitir cine nacional.

A mis seis años de edad no me importaba si El Santo hacía buenas o malas películas, lo único que quería ver era a ese personaje en sus particulares aventuras. Nunca olvidaré esa escena cuando después de luchar intensamente con un enmascarado negro, le quita la tapa y sorprendido ve a un hombre lobo tratando de atacarlo, lo que provoca que la gente de la arena salga aterrorizada, mientras él hace un esfuerzo sobrehumano por controlarlo.

Y que decir cuando se comunicaba por su reloj (adelántandose en la ficción a la tecnología del celular, 30 años antes)llamando a su pareja en el cine, aunque su gran rival en el ring, Blue Demon: "Santo llamando a Blue Demon, Santo llamando a Blue Demon".

Aunque nunca obtuvo el reconocimiento como actor, "El enmascarado de plata" fue un grande del cine mexicano, porque llenaba las salas con sus películas y también abarrotaba las arenas de lucha libre.

Sin embargo, mi héroe era real y envejeció. Un día vi una nota en El Sol del Mediodía, donde El Santo fue sacado del Toreo de Cuatro Caminos urgentemente en camilla a un hospital, luego de que sufrió un desmayo. Recuerdo que sentí tristeza, me preocupé mucho por su salud.

Después crecí y lo olvidé un poco, hasta que un día el destino me llevó a conocer al personaje que heredó su arte luchístico, El Hijo del Santo, quien ha hecho su propia historia a base de calidad y talento en el cuadrilátero.

Lo entrevisté en la mítica Arena México y ahí cara a cara me habló de la última lucha máscara contra máscara que tuvo su padre, donde todos los pronósticos iban en su contra, porque ya era un hombre de la tercera edad y su rival un joven ambicioso que se había atrevido a retar a la máxima leyenda del pancracio mexicano. Sin embargo, ganó dramáticamente. El hijo del Santo casi lloraba cuando me narró esa historia, yo dentro de mí, imaginaba a la gente gritando "¡Santo!, ¡Santo!, ¡Santo!".

Me hubiera gustado ver luchar en vivo a El Santo, pero mi padre consideraba que ir hasta el Toreo de Cuatro Caminos (actualmente destruido) era muy lejos, así que ahora que veo al Hijo del Santo es como verlo a él, porque este luchador es excelente y me agrada que siempre ha defendido su carrera por encima de los intereses de las empresas.

Hace poco recordaron a El Santo en su natal Tulancingo, Hidalgo, donde su gente está muy orgullosa de sus logros y todos los medios volvieron a retomar la historia de El Santo, como también hago en este blog.

Sus películas técnicamente no podrían ser consideradas buenas, pero con los niños de los décadas de los 50, 60 y 70, siempre fueron muy efectivas.

Por eso: ¡Larga vida a la leyenda de El Santo!

1 comentario:

Los Poetas Muertos dijo...

yea....
el es el unico superheroe
real....
es genial....
Q VIVA EL SANTO